Vistas de página en total

lunes, 11 de julio de 2011

El regalo del perdón

Una de las cosas que me encantaría hacer en el mundo si pudiera es asegurarme de que todo el mundo tuviera comida, ropa, un hogar y cariño. Que tuviera un trabajo satisfactorio y una creatividad que lo lleve, creo que eso sería fantástico, no es fácil conseguir eso para todo el mundo, sin embargo si puedo ayudar a las personas una por una, una vez que alguien cambia puede transmitir éstos cambios automáticamente a quienes lo rodean sirviéndoles de modelo, es importante dar ejemplo. La conciencia crea la realidad, la conciencia es real, la conciencia no es una cosa etérea y abstracta, la conciencia obedece las leyes de la física, bendigamos e infundemos fuerzas a quienes nos rodean y a nosotros mismos, ésto es muy profundo porque cuando te amas a tí mismo amas a los demás, la clave de todo ello reside en que todo lo que hay en el mundo exterior lo tenemos dentro, nuestras moléculas de la emoción no sólo están en nuestro interior al mando de nuestro organismo, sino que emiten una vibración que nos une a todos.
Estoy dispuesta a perdonar, el perdón hacia mí misma y hacia los demás me libera del pasado, el perdón es la respuesta a casi todos los problemas, el perdón es un regalo que yo misma me hago, al perdonar me libero. El mayor logro de mi vida fue conseguir perdonar a mi marido que abandonó a toda la familia, dejándome sóla con dos hijos de menos de seis años. A menudo medito, rezo por él y le doy las gracias por venir a éste mundo y enseñarme la lección más importante de mi vida, la del perdón. Hay una frase preciosa de Mark Twain, dijo: "El perdón es la fragancia que la violeta deja en el talón que la ha pisado".